En el pueblo de Nulles encontramos una bodega modernista, una catedral del vino, obra de Cèsar Martinell, uno de los máximos exponentes del movimiento modernista catalán, destaca no sólo por su belleza, sino por reunir todas las cualidades necesarias para la elaboración de vino.
Su arquitecto, consciente de su importancia, destaca tres grandes pilares que definen su lenguaje arquitectónico: la funcionalidad, el gusto por la tradición constructiva rural y la utilización de soluciones estructurales de gran proyección.
De ahí la utilización de materiales autóctonos como la cal y la arcilla que pueblan las viñas para levantar el edificio, consiguiendo así que se mimetice y se integre con el entorno rural. El elemento más característico es el arco parabólico que nos proporciona un espacio amplio y funcional pero también de una gran belleza estética. Martinell busca el equilibrio, o como él decía: “las formas equilibradas son las que exhiben la belleza en sí mismas”.
Los arcos parabólicos alcanzan su plena belleza con la luz, elemento muy importante que el arquitecto consiguió que influyera de manera favorable en la elaboración. El edificio hace la función de paraguas térmico que combinado con las tinas aportan al vino la estabilidad necesaria.
Para visitarla, os dejamos el link de la bodega:
https://www.adernats.cat/experiencias/visita-con-cata-en-la-catedral-del-vino/130?lang=es